Tiempo de lectura: 3 minutos
Autor: Iván Duque y Felipe Buitrago
Sinopsis: La Economía Naranja apuesta por una economía de la creatividad. Con su correcta gestión, artistas y creadores podrán otorgar gran valor a sus bienes y servicios.
Este manual puede o no leerse de corrido. Cada letra y cada símbolo, han sido cuidadosamente ubicados para compartir ideas y generar conocimiento. Presenta ideas en lugar de párrafos. Información en lugar de datos.
«La economía naranja», de Iván Duque y Felipe Buitrago
Resumen
Índice
Felipe Buitrago Restrepo e Iván Duque Márquez nos traen este interesante libro para explicarnos el concepto de la economía naranja, también llamada economía creativa. Se trata de colocar la base en los talentos individuales, la innovación y el fomento y desarrollo de la creatividad.
Gracias a estudios estadísticos, cifras y datos comprobados, ambos escritores analizan la economía creativa y sus bondades. Por ello, aquí te dejamos todo lo que necesitas saber sobre este concepto.
¿Qué es la economía naranja?
Los autores de este libro definen la economía naranja como un conjunto de actividades encadenadas que permiten la transformación de ideas en bienes y servicios culturales. El valor de los mismos depende de su propiedad intelectual. Una economía naranja está compuesta por dos elementos: la economía cultural y las industrias creativas, y las áreas que soportan dicha creatividad.
La razón del nombre se debe a que el color naranja suele asociarse con la cultura, la creatividad y la identidad. Además, este concepto proviene de la economía creativa, que les da valor a sectores relacionados con la propiedad intelectual (artes visuales, artes escénicas, cine, videojuegos, literatura, etc.). Con esto, rompemos con la idea de que “no se puede vivir del arte”.
La economía naranja como plan económico
Debido a que la actual tendencia radica en el comercio creativo, las naciones que apuestan por las denominadas “mentefacturas” tomarán amplia ventaja. El valor simbólico e intangible de bienes y servicios como los videojuegos, el diseño y el arte en general superan su propio valor de uso. He ahí donde recae la potencia de la economía naranja.
Para posibilitarlo, el texto nos habla de una revolución naranja. Se trata de cambiar el chip de los jóvenes para que vean más allá de carreras técnicas o ligadas al mundo de las matemáticas. Así, ellos mismos querrán fundar sus negocios en base a la creatividad y explotar el valor simbólico de sus servicios.
En este trabajo, el acceso y contacto con un público son fundamentales. Solo así se pondrá en marcha la innovación y daremos aún más valor a la creatividad que poseemos y gestionamos.
En la mayoría de los países, la cultura es tratada como un bien público, lo que perjudica a artistas, escritores y demás, que basan su trabajo en la creatividad. Para cambiarlo, es necesario garantizar los derechos a una remuneración y a un trabajo legítimo para aquellos trabajadores.
El proceso de la economía naranja
Como en todo, un cambio no se produce de la noche a la mañana. Los autores plantean un proceso que ayudará a cambiar la mentalidad de la sociedad en general, para darle mayor valor a la creatividad.
Primero, se debe convencer a los jóvenes de apostar por la creatividad. En un momento inicial, solo un 3% de ellos utilizarán o sentirán interés por el bien o servicio. Esta es la etapa de la innovación.
Luego, en la adopción temprana, prevén que este valor se incrementará hasta situarse en un 13%. Más consolidado, la mayoría temprana alcanzará un 36%, con lo que ya veremos claros resultados de nuestra estrategia.
La mayoría tardía sumará otro 36% y, finalmente, la etapa de rezago, agregará un 16% más.
Como vemos, es un proceso probablemente lento, pero bien orientado a partir de políticas de Estado, que puede significar la dinamización de un sector productivo muchas veces olvidado.
Quién debería leer este libro
La economía naranja puede ser útil para los jóvenes que depositen su mayor talento y trabajo en la creatividad. Leyendo este libro, podrán redirigir sus esfuerzos y no flaquear en intentar darle valor a sus servicios.