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Autor: Ingvar Kamprad y Bertil Torekull
Sinopsis: Cómo un estudiante sueco pasó de vender cajas de cerillas a ser dueño de la mayor empresa de muebles del mundo. Este libro nos cuenta la fabulosa historia de IKEA.
Kamprad, de gran sensibilidad, es un comerciante de muebles que, a sus más de ochenta años, no permite que nada lo detenga en sus esfuerzos por hacer de IKEA una empresa grande y fuerte.
«La historia de IKEA», de Ingvar Kamprad y Bertil Torekull
Resumen
Índice
Anualmente, las 270 tiendas de IKEA son visitadas por cerca de 550 millones de personas. Con presencia en 44 países, tienen un catálogo de 200 millones de ejemplares que suele cubrir todas las necesidades de sus clientes.
Ingvar Kamprad fundó a los 17 años el que sería el antecedente de la poderosa empresa. A día de hoy, es uno de los lugares predilectos de los jóvenes para trabajar.
Toda esta historia de fidelidad a sus orígenes es traída por Bertil Torekull en este libro. A través de varios testimonios y anécdotas reconstruiremos el fenómeno IKEA.
Los orígenes
Ingvar Kamprad nació en 1926 en la Suecia Meridional. Sus primeros años los pasó en la granja Majtorp, donde empezó muy pronto a dedicarse a los negocios. Vendía cajas de cerillas y así obtenía sus primeras ganancias.
Luego, se dedicó a vender tarjetas de Navidad, gorros, peces pescados por él mismo y semillas. Quedaba claro que el comercio corría por sus venas.
En la década de 1960, el negocio de su abuelo, CB Nilsson, una enorme tienda de comestibles, cerró. Kamprad compró el edificio y otras tierras dentro del municipio. Este sería el inicio de IKEA.
Emprendiendo
Para 1943, Kamprad había cumplido 17 años y tenía como objetivo compaginar sus estudios y la fundación de un negocio propio. Empezó vendiendo plumas estilográficas, encendedores y bolígrafos. Cinco años más tarde, añadió a su catálogo el primer mueble.
Ya en el año 1951, IKEA contaba con su primer catálogo y apelaba por la compra directa sin intermediarios. Sin embargo, la competencia se incrementaba y obligaba a bajar los precios, con la consecuente dificultad de que los clientes no podían ver los productos y confiar en la descripción de los mismos.
Por ello, durante la primavera de 1952, IKEA anunció en sus catálogos que los clientes podían acercarse a su local en Älmhult, donde verían los muebles y artículos de interiores de forma presencial. Este hecho salvó la debacle de la empresa.
El capitalista enfadado
La década de 1950 fue muy complicada para IKEA. La competencia se había propuesto acabar con ellos, ya sea quitándoles proveedores o intentando amedrentarlos. Sin embargo, este problema se convirtió en toda una posibilidad para Kamprad.
La salvación se encontraba en Polonia, país comunista ávido de nuevos empresarios. En dicho contexto, IKEA apareció para salvar a Polonia y, a su vez, Polonia salvó a IKEA. Gracias a la colaboración entre ambos, la empresa pudo fortalecerse aún más y salir de Suecia.
El emigrante
A comienzos de los setenta, Kamprad era testigo de las terribles consecuencias de los elevados impuestos suecos y la dificultad de las empresas familiares para prosperar. Por ello, empezó a surgir la idea de emigrar a otros países, como Brasil.
El país que los recibió fue Suiza. Con esto, Kamprad demostró ser fiel a su filosofía y la de su empresa: busca siempre la liquidez, sé el propietario de los muebles, autofinánciate y evita ser soberbio.
A día de hoy, IKEA intenta seguir con el paradigma que planteó su fundador y su presente y futuro son muy halagüeños.
Quién debería leer este libro
Un libro informativo y muy interesante para quienes quieran conocer historias de éxito, ya sea para inspirarse, aprender algo o saciar su curiosidad. En este caso, IKEA nos demuestra que emprender tiene mucho que ver con poseer una sólida filosofía de vida. Compaginando ambas, podrás utilizarlas para tu desarrollo personal o el de tu negocio.