El arte de cautivar

Resumen

Mantener relaciones interpersonales a cualquier nivel es todo un arte, y en eso consiste El arte de cautivar. En sus líneas, Kawasaki nos enseña que el acto de cautivar puede darse en diversos ámbitos, como, por ejemplo, el familiar o el laboral. Por ello, se enfoca en aquellas personas que están interesadas en conocer al otro y entenderlo de forma empática.

Al cautivar generas emociones positivas. Una sencilla sonrisa en alguien puede significar cambiarle el día por completo. Cabe decir que cautivar no trata sobre vender, sino sobre convencer al mundo de que sintonizas con sus sueños y anhelos, crees que es posible alcanzarlos mediante la acción y que tú estás ahí para ayudarlos. Por eso, el libro de Kawasaki nos deja estas seis importantes enseñanzas.

Ve el mundo desde los zapatos de la otra persona

La primera gran regla consiste en saber escuchar a los demás y entender el mundo desde su posición. Comprende qué es lo que quieren y piensa de qué manera puedes ayudarles. Aunque tal vez pueda parecer algo muy obvio, muchos de nosotros no lo aplicamos correctamente.

Sé cautivador

La primera impresión es aquella mediante la cual los demás te juzgarán y es inevitable. Si bien esto, en ocasiones, puede constituir un problema, también puede convertirse en una ventaja si cautivas desde el primer momento.

Sé positivo y adopta una actitud abierta respecto a la forma de pensar de los demás. Habla de tus pasiones y acepta que todo el mundo es mejor que tú en algún aspecto concreto. Resulta difícil cautivar a alguien con pensamientos negativos o falta de sueños y aspiraciones.

Gánate la confianza de los demás

La base de toda relación es la confianza. Aunque puedes agradar a los demás, tal vez no les parezcas demasiado confiable.

Para trabajar en ello, evita buscar culpables y gestiona el aprendizaje que podemos obtener de una experiencia negativa. Además, sé recíproco y agradecido en cualquier oportunidad que lo amerite.

Prepárate para generar situaciones inolvidables

No se cautiva por azar, sino que se debe estar preparado para ello.

Por lo general, las personas solo quieren soluciones a sus problemas, no información al respecto. Ese debe ser tu trabajo: una solución única y útil generará una enorme empatía.

Un producto cautivador genera valor en diversos niveles, más allá del monetario o utilitario. No solo ayudan a solucionar problemas, sino que despiertan emociones.

Respeta tiempo y espacio

Tu comunicación debe ser breve y directa. Resume y sé concreto con lo que quieres transmitir, más allá del medio que utilices.

Todo aquello que te permite entrar en contacto con los demás (redes sociales, emails o trato personal) debe ser gestionado de forma adecuada e inteligente. Da visibilidad a tus servicios sin ser insistente y dejando el espacio suficiente para que la persona se emocione y generes expectativa. Luego, puedes volverlos a cautivar con algo de mayor impacto.

No siempre se consigue cautivar a la primera ni es algo definitivo

No creas que las personas van a comprometerse contigo o tus objetivos de forma inmediata. Cautivar es un proceso y, como tal, te encontrarás todo tipo de resistencia al cambio. Para superar dichos obstáculos, averigua más sobre las necesidades de la persona. No se trata de una cuestión de dinero, sino de ofrecer un servicio cercano, diferente y personal.

Quién debería leer este libro

Aconsejamos este libro a todos aquellos que quieran mejorar sus habilidades sociales. Ya sea con objetivos empresariales o de crecimiento personal, los consejos de Kawasaki son una buena guía en el arte de cautivar.

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