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Autor: Viktor Frankl
Sinopsis: Las emociones significativas y el amor por los demás pueden ser mecanismos efectivos para superar cualquier situación adversa en nuestras vidas.
El que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.
«El hombre en busca de sentido», de Viktor Frankl
Resumen
Índice
Está considerado uno de los diez libros con mayor influencia en Estados Unidos. Aunque esto es subjetivo y, por lo tanto, se puede colocar en tela de juicio, lo que sí es cierto es que el éxito del libro de Frankl es innegable.
La explicación parece hallarse en que fue uno de los pioneros en introducir el concepto de la resiliencia. Para explicarlo, el autor nos relata experiencias reales vividas en los campos de concentración nazi. Todo prisionero atravesaba diversas etapas, pero los que sobrevivían habían aplicado el concepto de resiliencia en sus vidas.
Primer impacto
Aunque el libro explica en detalle los castigos y torturas a los que eran sometidos los prisioneros, la mayoría de nosotros los hemos podido ver gracias al cine. Desde las duchas, el juego del dedo y demás, este primer impacto servía para destruir completamente la humanidad del prisionero.
La muerte emocional
Tras este primer impacto, llegaba la muerte emocional. El prisionero presentaba una apatía generalizada ante todo y ante todos. Parecía haberse deshumanizado por completo y la piedad, la repugnancia y el dolor eran reemplazados por una gélida indiferencia.
Los prisioneros solo se preocupaban por sobrevivir y garantizarse a sí mismos un día más de existencia, que no de vida. La escasez de alimento y las condiciones deplorables los habían reducido a su mínima expresión dentro de la condición humana.
La voluntad de sentido
Sin embargo, después de este estado de muerte emocional, los prisioneros se diferenciaban unos de otros mediante la actitud que adoptaban. Aquellos que encontraban un motivo para vivir, como reencontrarse con un ser querido, fueron quienes se aferraron a la esperanza y tuvieron mayores posibilidades de resistir hasta el final. Aquellos a quienes nada les motivaba a mantenerse con vida, tuvieron muchas menos posibilidades de lograrlo.
En un estado de supervivencia extremo, la clave era asumir la vida en el campo de concentración como un obstáculo más, como un reto que se puede y debe superar. Es en ese aspecto donde reside la voluntad de sentido: el hombre es el único ser vivo capaz de otorgarle un sentido a su existencia, lo que se convierte en un poderoso motivador para no claudicar ni darse por vencido en los malos momentos.
Autotrascendencia
La autotrascendencia consiste en la capacidad de buscar un sentido para nuestra vida fuera de nosotros mismos. Para el autor, este es el acto más humano del hombre, al desprenderse de sí mismo para fijar el sentido de su vida en alguien más, con quien se vincula mediante emociones profundas.
No nos referimos a depender de alguien para que nuestra vida adquiera sentido. Por el contrario, voluntariamente visualizamos en aquella persona el combustible necesario para hallarnos a nosotros mismos.
Resiliencia
Finalmente, la experiencia del campo de concentración demuestra que todo ser humano tiene la capacidad de la resiliencia incluso en las situaciones más extremas. Esta consiste en saber sobreponerse a las tragedias a través del amor y de otras emociones significativas. Colocando todo en perspectiva, nuestros problemas no parecen ser tan graves como los padecimientos que tuvieron que soportar los prisioneros en los campos de concentración.
Quién debería leer este libro
Un libro de gran valor como este le será útil a un sinnúmero de personas. Lo aconsejamos para aquellos que estén atravesando un momento difícil en su vida, ya sea por relaciones interpersonales conflictivas o situaciones económicas adversas. La resiliencia puede ser un mecanismo mediante el cual encuentren un modo de visualizar y entender sus problemas. Pero aunque sientas que tu vida sea plena y equilibrada, este libro puede aportarte un extra. Además su lectura es un placer.