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Las 21 leyes irrefutables del liderazgo

Tiempo de lectura: 7 minutos

Autor: John C. Maxwell

Sinopsis: Existen multitud de consejos y recomendaciones al respecto. Sin embargo, basta con cumplir 21 leyes irrefutables para que puedas ser un gran líder.

El liderazgo es influencia, nada más y nada menos.

«Las 21 leyes irrefutables del liderazgo», de John C. Maxwell

Resumen Las 21 leyes irrefutables del liderazgo

Resumen

Estamos ante 21 leyes clásicas para potenciar el liderazgo. Afirmamos esto porque el tiempo lo ha demostrado así y su autor nos las presenta en este interesante libro. Si tu objetivo es mejorar tu capacidad para dirigir grupos humanos o quieres convertirte en un líder nato, este artículo es para ti.

A continuación, te mostramos las 21 leyes irrefutables del liderazgo.

La ley del límite

Tu capacidad para ser un líder determina el límite de tu crecimiento como persona. Esto quiere decir que, a mayor liderazgo, mayor eficacia.

Aunque el talento, la inteligencia y la dedicación son elementos muy importantes, no llegarás muy lejos si te falta capacidad de liderazgo. Por eso, si deseas tener éxito en la vida debes formarte como líder.

La ley de la influencia

Eres líder en tanto eres influyente, nada más que eso. El liderazgo no se puede comprar ni transmitir, nos lo debemos ganar.

Que dirijas un grupo humano no te hace líder, pues probablemente no estés influyendo en ellos. Muchos empresarios de éxito no son líderes por esta razón.

Aquí aparecen muchos mitos que debes quitar de tu cabeza: un administrador, un pionero o un empresario no son líderes necesariamente. Del mismo modo, que tengas muchos conocimientos o adquieras el puesto más importante en una compañía no te convierte en líder.

La ley del proceso

Nunca terminarás tu desarrollo como líder, así que este concepto no es una meta, sino un proceso.

El liderazgo se desarrolla diariamente y un líder nunca deja de aprender. Por ello, durante el aprendizaje existen cuatro fases.

La primera se produce cuando buscamos entender (no sé qué es lo que no sé). En la segunda fase, adquirimos consciencia de lo que no sabemos (sé qué es lo que no sé). Al adquirir consciencia de nuestra ignorancia, podemos corregirla. Para la tercera fase usamos la disciplina diaria y adquirimos conocimientos. Finalmente, se da la cuarta fase: aplicamos lo aprendido en acciones concretas.

La ley de la navegación

Un buen navegante no es necesariamente un buen líder. Cualquiera puede dirigir una embarcación, pero se necesita de un líder para planear la ruta.

Cuando tenemos un buen plan inspiramos confianza. Para ello, debes predeterminar tus acciones, establecer metas, priorizar, empezar a actuar, esperar respuestas y revisar tu plan diariamente. Todo reside en una buena preparación.

La ley del silencio

Quién maneja o dirige una reunión no es necesariamente un líder. Aquel que se considera líder lo es en tanto los demás lo escuchen.

Esto se debe a que un líder siempre sabe cómo llegar a su audiencia y despertar interés en ella.

La ley del terreno firme

Procura sembrar y cosechar la confianza que los demás depositan en ti. Este es tu activo más valioso.

Si te equivocas y lo ocultas, perderás la confianza de quienes te rodean.

La ley del respeto

Toda persona busca un líder. Incluso aquellas que poseen un carácter duro y fuerte. Sin embargo, siempre van a apuntar a alguien de carácter aún más fuerte que el de ellos.

Por lo tanto, debes trabajar en proyectar respeto hacia los demás. De este modo, despertarás admiración en quienes te siguen.

La ley de la intuición

La intuición crece y mejora con el tiempo y la experiencia. Sin embargo, como líder debes estar predispuesto a escuchar a tu intuición y actuar de ser necesario.

La ley del magnetismo

Por lo general, atraes y te rodeas de personas con las que compartes valores, ideas y aspiraciones. Esto es un enorme apoyo para tu propio desarrollo personal.

Si, por el contrario, sientes que no atraes al tipo de personas que deseas, deberías analizar tu liderazgo y mejorar ciertas habilidades.

La ley de la conexión

Las personas no son números, así que debes enfocarte en tocar sus corazones antes de pretender transmitir tu mensaje.

Un buen líder establece una conexión emocional fuerte con sus seguidores. Así ganarás lealtad y tu liderazgo se potenciará.

La ley del círculo interno

Llena tu círculo interno con personas que lo valgan, con ideas positivas y que ayuden al crecimiento de tu organización. Nunca fue más cierta aquella frase que dice «dime con quién andas y te diré quién eres».

Por ello, busca líderes fuertes y con potencial. Asegúrate de que transmitan los valores que te interesan y hazlos parte de tu círculo interno.

La ley de la entrega de poder

Un buen líder no teme perder poder ante alguien con cualidades en determinadas áreas. Por el contrario, sabe a quién entregarle autoridad pues confía en su buen criterio y juicio.

La ley de la reproducción

Una de tus tareas como líder debe ser formar nuevos líderes. Deja de lado tus temores, pues al crear personas con un liderazgo similar al tuyo haces que tu organización se potencie.

Para construir nuevos líderes debes ser uno. Es más, tienes que reconocer que tú también tuviste un mentor.

La ley del convencimiento

Antes que a las ideas, la gente sigue a la persona. Muchos creen que es al revés, pero te aseguramos que, si trabajas en tu liderazgo, tus seguidores compartirán tu visión.

Los seguidores no se consiguen por obligación. Es la propia persona quien decide seguirte porque considera que tienes algo valioso que ofrecer.

La ley de la victoria

Para los líderes natos, la derrota no es un concepto que exista dentro de su cabeza. Un buen líder siempre deseará el éxito para su equipo.

No solo lo querrá, sino que lo conseguirá. Debes asegurarte de concatenar la unidad de visión, la diversidad de habilidades y ser el líder que eleve al máximo a los miembros de tu equipo.

La ley del momento de inercia

Siempre es complicado dar el primer paso. Tu labor como líder es hacer que tu equipo pase de un estado de reposo a uno de acción. La inercia hará el resto.

Si tienes a la inercia de tu lado, todo será más sencillo. Las tareas se empezarán a desarrollar y las metas serán alcanzadas.

La ley de las prioridades

Si quieres ser un buen líder, debes saber separar las actividades prioritarias de aquellas que pueden esperar.

Es muy común gastar nuestra energía en una tarea que no traerá grandes beneficios. Para ello, debes guiarte por el principio de Pareto (la ley del 80/20) para gestionar mejor tu tiempo y la energía de tu equipo.

La ley del sacrificio

En el liderazgo, el sacrificio es más común de lo que parece. Como líder, debes estar dispuesto a perder algo para ganar algo mucho mejor.

Tal vez tengas que ceder, pero recuerda que a veces es necesario dar un paso atrás para tomar impulso.

La ley de la oportunidad

Si eres un buen líder, sabrás aprovechar cada oportunidad que se te presenta en el momento y lugar indicados.

En ocasiones, creemos que es mejor esperar, por temor a la incertidumbre. Sin embargo, te aconsejamos escuchar a tu intuición y saber aprovechar las oportunidades. Después de todo, muchas de ellas no se repetirán.

La ley del crecimiento explosivo

Un líder que solo forma a seguidores, crecerá de manera aritmética. Sin embargo, un líder que forma a otros líderes, verá cómo su organización crece de manera exponencial.

Evidentemente, este trabajo lleva tiempo. Sé paciente y ten la serenidad de un buen líder para obtener resultados.

La ley del legado

Debes tratar de evitar que una organización o empresa dependa de ti. Un buen líder debe dejar un legado más allá de su persona. Ten en cuenta que te recordarán no por lo que lograste en la compañía u organización en la que estuviste, sino por cómo se desempeñe dicha organización cuando ya no estés en ella.

Quién debería leer este libro

La lectura de estas 21 leyes te servirá si ocupas un puesto relativamente importante en alguna organización y tienes a tu cargo a grupos humanos. Sin embargo, también te será útil si estás empezando en tu camino al éxito. No cabe duda de que ser un buen líder depende de ti y de cómo apliques las leyes que el autor te muestra y que mejorar esta cualidad redundará en todos los aspectos de tu vida, no solo en lo estrictamente profesional.

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